El entusiasmo es una exaltación del ánimo, llena de intensidad,
alegría y excitación. Esta palabra proviene del término griego entheos,
que significa: en Dios (en-theos). Por lo tanto, tener entusiasmo
equivale a tener el espíritu de Dios dentro.
El entusiasmo perdido
debe volver a ti inspirando a tu mente, recuperar ese estado que te
impulsa a lograr tus retos. Es importante no perderlo y seguir sintiendo esa
emoción por vivir apasionadamente cada día, aceptando un pasado que ya
se vivió, viviendo el momento con intensidad y planeando un futuro con esperanza, ya que nunca nadie le juzgará por lo que no hizo, pero sí
recordarán lo que pudieron hacer y no hicieron, no deben perder las
oportunidades que les dé la vida y sea valiente en sus decisiones.
“Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.” Paulo Coelho
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