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jueves, 6 de octubre de 2016

Falsos mitos sobre TDAH con Manual para padres


Este apartado tiene como objetivo aportar las últimas evidencias científicas que permitan erradicar las falsas creencias sobre TDAH y desmitificar algunos de los falsos mitos creados alrededor del TDAH y sus implicaciones, así como evitar que los padres tengan miedos infundados u otras preocupaciones debidas a falsos mitos del TDAH.
Debido a que este trastorno no tiene un diagnóstico basado en una prueba diagnóstica concreta, unido al desconocimiento del trastorno tanto por los padres, familiares y pacientes, en muchos casos se crean falsas creencias a cerca del TDAH.
Estos falsos mitos del TDAH no tienen ninguna base científica que los avalen. Cabe señalar que entre estas falsas creencias del TDAH se encuentran algunas relacionadas con los síntomas del trastorno, con su existencia e incluso con los diferentes tratamientos.
Por todo esto, en esta página se pretende aclarar algunos de los falsos mitos del TDAH.  
El TDAH no existe, es un invento de la Psiquiatría norteamericana para etiquetar niños difíciles. 
El TDAH, aunque ha recibido distintos nombres desde su primera descripción, la cual se hizo hace más de 100 años, es una entidad clínica reconocida como tal desde hace más de 50 años. En 1998, la American Medical Association lo describió como "uno de los trastornos mejor estudiados en medicina, en el que los datos globales sobre su validez superan a los de muchas enfermedades", y la Organización Mundial de la Salud, en su documento "Caring for children and adolescents with mental disorders" (2003) lo identifica como un trastorno poco conocido y con importantes repercusiones económicas en el cuidado de la salud infantil.
La existencia del TDAH ha sido negada hasta fechas recientes debido al no reconocimiento de la existencia de una vida mental propia en la infancia. Aunque para su diagnóstico no exista una prueba concreta que lo determine con total seguridad, al igual que otras enfermedades como la enfermedad de Alzheimer, las migrañas, varias formas de meningitis o la gripe, debemos tener en cuenta que las pruebas de neuroimagen muestran las carencias de neurotransmisores que son causa del trastorno.
Frente a la frecuente alusión a la ausencia de pruebas médicas para su diagnóstico (de laboratorio, de imagen, etc.) como prueba de su inexistencia, debe recordarse que más de la mitad de las enfermedades carecen de pruebas de este tipo para su confirmación, entre las que se puede citar cualquiera de las enfermedades citadas anteriormente. Además, cada vez existen más datos sobre los genes implicados en el desarrollo del TDAH y de cómo estos determinan la alta heredabilidad del TDAH
Aunque el TDAH existe, es un problema relativamente leve que desaparece con la edad. 
El TDAH es uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes en la infancia y en la adolescencia, y en las últimas décadas han surgido numerosas aportaciones que demuestran su persistencia en la edad adulta en buena parte de los casos; de hecho, se estima que el TDAH persiste en la vida adulta en aproximadamente un 30-70% de los casos. La sintomatología del TDAH en la edad adulta varía con respecto a la que se presenta en la infancia o adolescencia; los adultos no muestran la hiperactividad física o motriz típica de los niños, sino que presentan una hiperactividad más conductual. Una de las principales preocupaciones sobre el TDAH a lo largo de la vida es su posible evolución tanto a otras patologías psiquiátricas, como a situaciones vitales adversas relacionadas con las alteraciones de la conducta propias del TDAH, y que pueden estar relacionadas, por ejemplo, con el abuso de sustancias. Un tratamiento óptimo para el abordaje del TDAH consiste en la combinación de medidas conductuales así como medidas farmacológicas, y se ha visto que este tipo de aproximación se asocia con una menor probabilidad de que sujetos con TDAH en la adolescencia-edad adulta, evolucionen hacia un trastorno por uso de sustancias u otro tipo de problema de conducta.
Si un niño no es hiperactivo, no puede tener TDAH. 
Aunque con frecuencia el TDAH asocia síntomas de hiperactividad e impulsividad, el tipo predominantemente inatento sólo presenta sintomatología de inatención, por lo que las conductas más evidentes (inquietud, oposicionismo, agresividad,…) no están presentes en él. Por otra parte, las niñas son menos hiperactivas y menos impulsivas que los niños, por lo que una niña afectada de TDAH puede no manifestar de forma evidente los síntomas conductuales propios del trastorno. Por ello, tanto padres como profesores deben tener esto en cuenta a la hora de consultar con un profesional si detectan síntomas exclusivamente de inatención en sus hijos/alumnos.
El TDAH afecta sólo a varones
Aunque su proporción en varones es cuatro veces superior, las niñas también manifiestan este trastorno. Es posible que el infradiagnóstico sea mayor en las niñas, especialmente, en aquellos en los que predomina el déficit de atención y apenas exteriorizan la hiperactividad y la impulsividad.
El TDAH se debe a factores relacionados con alergias alimentarias, aditivos y colorantes u otros problemas ambientales. 
No existen pruebas científicas que señalen estos factores como causas del trastorno, ni tampoco que apunten a que los tratamientos basados en las restricciones dietéticas sean eficaces.
El TDAH se debe a la mala educación proporcionada hoy día por los padres. 
El TDAH es un trastorno neurobiológico sin relación alguna en su aparición con las características familiares, aunque en el caso de que existiera el TDAH, una situación familiar desfavorable podría agravar los síntomas, ya que el trastorno implica en muchos casos baja autoestima y otros problemas asociados.
En resumen, si las condiciones familiares son negativas, podrían agravar el TDAH, pero no son causa para producirlo.
El TDAH es un trastorno debido a la forma actual de vida, que antes no existía y cuyas cifras están aumentando. 



Manual para padres:



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