Muchas enfermedades físicas pueden derivar en ciertos trastornos que deben ser tratados psicológicamente, sobre todo, aquellas que adquieran manifestaciones claramente visibles. En el caso de la Psoriasis, es una patología crónica de la piel que se caracteriza por la presencia de placas descamativas de color rojizo principalmente en extremidades y en el cuero cabelludo.
En la actualidad un 5%
de la población
padece psoriasis y en un 80%
de los casos, afecta
directamente a su autoestima,
incluso se
determina que un 75% de la población que sufre esta enfermedad,
esconde sus lesiones y evita todo tipo de actividades y deportes en
los que tengan que exponer la piel, como, por ejemplo, la natación-.
El
primer paso es el diagnóstico
y los tratamientos
que indiquen los dermatólogos
para atenuar los efectos de esta patología, pero es importante tener
en cuenta el tratamiento psicológico, ya que sus orientaciones y
recomendaciones
procedentes de este ámbito médico pueden resultar muy efectivas
a la hora de obtener resultados.
Mi
recomendación es la necesidad de conseguir que el paciente asuma
la enfermedad a su
propia personalidad, considerándola cómo un aspecto más de su vida
que, además, pueden llegar a controlar si realmente se lo proponen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario