La psicología
actual explica que los celos son la respuesta natural ante la amenaza
de perder una relación interpersonal importante para la persona
celosa. Los celos parecen estar presentes en todas las personas,
indistintamente de su condición socio-económica o forma de crianza
y manifestarse en personalidades que aparentemente parecían seguras
de sí mismas. Una característica que parece destacarse en las
personas celosas es tener rasgos de egoísmo. Los celos también
tienen relación con la vergüenza que es una respuesta natural del
organismo. Muchas de ellas, una vez que los padecen, se sorprenden de
si mismas ya que ni siquiera sospechaban que los padecieran. Los
celos pueden ser sanos cuando lo que se demanda es algo que se debe
hacer sobre una base de equidad en la pareja; sin embargo acudir a
este tipo de conducta refleja carencias personales muy profundas.
Entonces podemos diferenciar estas emociones
al tener en cuenta quiénes o qué cosas entran en juego. Así,
decimos que la envidia se refiere a algo que alguien más posee
mientras que el celo refiere al temor ante la posibilidad de perder
algo que nosotros poseemos.
Los celos representan una de las
emociones más naturales y a su vez, una de las más oscuras,
dolorosas, dañinas e incómodas que existen. Se considera una respuesta emocional que
surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera
como propio. Ese sentimiento de “sentir celos” es inherente a la
condición humana desde tiempos ancestrales, siendo por ejemplo una
temática recurrente en la mitología Griega y en las narraciones de
la Biblia. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud
ante la posibilidad de que la persona amada reste atención en favor
de otra. También se conoce así, al sentimiento de envidia hacia el
éxito o posesión de otra persona:
- Interés extremado y activo que alguien siente por una causa o por una persona.
- Recelo que alguien siente de que cualquier afecto o bien que disfrute o pretenda llegue a ser alcanzado por otro.
- Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada modifique su cariño, pensando en otra.
Muchísimo tiene que ver con nuestras capacidades
cognitivas, con cómo procesamos la información y a cómo
estipulamos con ella. Además, los celos tienen mucho que ver con la
sexualidad y la naturaleza de nuestros hábitos reproductivos sin
embargo, no solo con ella puesto que por ejemplo, volviendo a lo que
estos procesos cognitivos refiere, pensemos en los niños o incluso
en los bebés de apenas unos meses de vida que presentan esta clase
de emociones o este tipo de comportamiento.
Mediante diferentes experimentos, se ha determinado
que por ejemplo en una pareja, la infidelidad en el coito provoca una
respuesta que implica un mayor grado de celos y otros sentimientos
como rabia, ira, etc., que en el caso de una infidelidad de tipo
psíquica o de algún modo “espiritual”. Si la persona es infiel
en la cama pero no hay una conexión (lo que llamaríamos “amor”)
los celos aparecen en menor grado y con consecuencias menos nocivas.
Lo cierto es que allí entran en juego muchos de
los aspectos antes señalados, en especial aquellos que están
relacionados a los procesos cognitivos de cada individuo. Pero más
allá de toda esta cuestión social, cognitiva y cultural, más allá
de factores como la edad, el género o la naturaleza psíquica de
cada individuo, también hay ciertos detalles a señalar desde los
cuales nos adentramos al campo de la Neurociencia.
Dejando de lado los aspectos sociales, en
Neurociencia se considera que sí existen diferencias entre los sexos
y que, más específicamente, las mujeres son más celosas
que los hombres. Pero para entrar en este ámbito,
deberíamos considerar una compleja diferenciación entre el concepto
de sexo y amor, que no haremos en esta oportunidad pero que vale la
pena mencionar.
A su vez existen diferentes tipos de celos,
desde celos más habituales vinculados al empleo, amistad, familia,
romance, a los celos anormales, que rozan la
paranoia y las patologías psicológicas. Bien
podríamos decir que nuestros celos, en gran parte,
son entonces el resultado de nuestra inseguridad,
nuestra poca capacidad para desarrollarnos como individuos
independientes, el peso de nuestra calidad como sujetos sociales y en
cierta medida, de nuestro profundo egoísmo.
Los humanos aprecian, quieren y aman sus
pertenencias, sus puestos de trabajo, sus amigos, sus parejas, ... y
la idea de perder ese vínculo o tan sólo peligrar su existencia,
los martiriza con ese sentimiento. Pero no olviden el respeto y el espacio de cada uno de ellos, la libertad da seguridad y la seguridad transmite amor y respeto.
"El amor no hace girar al mundo. El amor es lo que hace que el viaje valga la pena."Franklin P. Jones
Recuerden que nadie es una posesión, se casaron con
una persona pero no se vendieron a ella, el ser humano necesita crecer, sentirse vivo, apreciado, deseado y amado, necesita de libertad, espiritualidad, espacio y mucho respeto, sed confidentes, complices y amigos, si amas a alguien... dale alas para que pueda volver. La autoestima en la pareja y entre amigos se debe fortalecer, valora los logros de la persona que tengas al lado, pareja, amigo/a, ..., trata con humildad y empatía, abandona los malos sentimientos y conviértelos en lo mejor de ti, tu seguridad será su felicidad y tu felicidad será su fuerza.
"El amor es un lienzo proporcionado por la naturaleza y bordado por la imaginación."Voltaire
Pinten e imaginen su lienzo y si necesitan asesoramiento...
http://www.juaneda.es/medico/226/-m-del-carmen-sanchez-gil/Una recomendación en malentendidos...
"Un beso es un truco encantador, diseñado por la naturaleza, para detener las palabras cuando el hablar se vuelve superfluo." Ingrid Bergmen