Desde la
concepción de un nuevo ser, el esfuerzo de nacer, la llegada al mundo
acompañado del primer aliento de vida, todo son obstáculos que se nos presentan
frente a nosotros retándonos a superarlos a cada paso. Alguna vez os habéis
parado a pensar en la cantidad de desafíos que hemos tenido que sortear para
llegar hasta el día de hoy… A lo largo de nuestro camino existen dos tipos de
desafíos:
- Los que nos ponemos nosotros mismos, los
llamaremos de desarrollo, como lograr una meta (una maratón, bajar de peso,
conocer a alguien, estudiar unas pruebas, etc.)
- Los que nos pone la vida y que sentimos que
no hemos elegido (superar una pérdida, una catástrofe inesperada, una crisis,
un problema…)
Aún así, la
elección de afrontarlo o no, siempre es nuestra, independientemente del
resultado al que arribamos, y deberá de ser la correcta ya que fue nuestra
elección. No obstante, ¿cuál es la diferencia entre una persona que supera un
desafío y una qué no? ¿Qué es lo que
hace que en un momento de nuestra vida no podamos, y en otro sí? ¿Cuál es la
clave o el secreto? ¿Por qué a veces nos sentimos preparados, con recursos y
otras veces no?
Quisiera
compartir un concepto psicológico que ha sido tomado de la física, el concepto
de “Resiliencia“. Primero veamos la definición de la Real
Academia Española:
•2. Resiliencia: f. Mec.
Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de
deformación.
•1. Resiliencia f. Psicol.
Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a
ellas.
A partir de los años ´60 surge una nueva concepción de la
psicología, que postula el crecimiento y el desarrollo humano partiendo de
las cualidades y las fortalezas presentes en él. Esta nueva mirada surge en
oposición a la tradicional mirada medicinal que pone su foco en la patología.
La psicología positiva en cambio, propone focalizar en la solución, en los
aspectos sanos en los cuáles se va a apoyar para resolver un problema. Fue la
psicología positiva, la que tomó el concepto de la física y lo describe como la
capacidad de sobreponerse a la adversidad.
Según Rutter (1992) La resiliencia es
el Conjunto de procesos sociales e intra-psíquicos que posibilitan
tener una vida «sana» en un medio insano. Estos procesos se realizan a través
del tiempo, dando afortunadas combinaciones entre los atributos del niño y su
ambiente familiar, social y cultural.
Murray (2003) propone que es la Actitud que permite resultados
positivos al individuo ante la adversidad, sin importar cuan difícil sea.
Respondiendo o afrontando exitosamente a la adversidad y a todos los problemas
de la vida, desarrollando fortalezas para resistir a la adversidad.
La buena noticia, es que
la resiliencia se puede desarrollar... ¿Cómo? Trabajando y
fortaleciendo sus componentes.Y ¿cuáles son sus componentes?
Componentes personales:
- La tendencia al acercamiento
- El humor positivo
- El optimismo
- La mayor empatía
- La mayor autoestima
- La motivación al logro
- Los sentimientos de autosuficiencia
- La menor tendencia a los sentimientos de desesperanza
- Mayor autonomía e independencia
- Las habilidades de enfrentamiento
Componentes familiares:
- Ambiente cálido
- Apoyo
- Comunicación abierta
- Familias relativamente funcionales
- Relaciones sociales con pares
- Estimulación
- Contención
- Pautas claras
En la medida de
nuestras posibilidades, estos componentes que algunas veces han estado ausentes
se pueden aprender y fortalecer a lo largo de nuestra vida. Para culminar
me gustaría hacerlo con una imagen que resultó muy gráfica para mi a la hora de
entender este concepto. Imaginemos una pelota de tenis, y una raqueta, si le
pegamos a la pelota contra el suelo, ésta va a rebotar con la misma fuerza con
la que le hemos impactado. Cuanto más fuerte sea el golpe, más fuerte será el
rebote. Si utilizamos en la vida la fuerza del impacto que nos pega hacia abajo
para rebotar y subir, esta, es la medida de nuestra resiliencia. Si
fortalecemos nuestra autoestima, optimismo, nuestra autonomía, nuestra
tendencia al acercamiento, nuestra creatividad y nuestras relaciones sociales,
estaremos elevando al mismo tiempo nuestra resiliencia. Ese, es el gran
desafío. Y os animo a afrontar los desafíos de esta forma… ya me contaréis.